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Mi gran boda «hipster» rural

Es 6 de junio. Lo tendría que haber imaginado: el calendario no se acababa el 1 de junio. La vida continúa a pesar de que en nuestros wedding plans todo terminaba el primero de junio, como si fuera el «gran apocalipsis (festivo) final». ¡Hemos sobrevivido a nuestra propia boda!

Todavía con resaca emocional y física (efectos secundarios del «Do it yourself«), me animo a compartir algunas fotos del gran día. Tras el mes de mayo más lluvioso de las últimas décadas, el sol brilló como nunca el 1 de junio de 2013 y dejó que todo nuestro planning fluyera a la perfección.

Queríamos una boda diferente, informal, alegre y sin demasiados protocolos. Inspirados en las bodas americanas, con un ojo en Pinterest y aconsejados por nuestra amiga Miriam (futura wedding planner, seguro), nos pusimos en marcha para organizar una fiesta divertida, low-cost y memorable. Música, piscina, paellas gigantes, banderitas de colores, burbujas, postales, tirador de cerveza, sillas y mesas blancas, decoración alegre y sobre todo un ambiente muy natural.

¡Todo lo que podía ir bien, fue todavía mejor! Buena parte del éxito fue gracias a una bravísima pandilla de amigos venidos de todas partes que se quedaron el fin de semana en la casa para ayudarnos a montar, desmontar y conseguir transformar nuestra idea en un sueño original, alegre y divertido.

Así fue nuestra gran boda «hipster rural»….

 

EL LUGAR

Queríamos un lugar sencillo pero encantador, en medio de la naturaleza, con mucho espacio para moverse, con piscina y con ese «factor WOW» que nos dejase a todos (novios e invitados) con la boca abierta. Si hubiéramos sido americanos, seguramente lo hubiéramos celebrado en el jardín de casa, pero como en Barcelona el metro cuadrado va caro, tuvimos que pensar en alquilar una masía rural para un fin de semana. Vimos unas 10 casas y nos decidimos por El Nus De Pedra, una preciosa masía a sólo 12 km de la ciudad de Girona, en pleno Valle del Llémena. Nos enamoraron sus distintos espacios (sobre todo, la era empedrada) y nos gustó el buen gusto por los detalles de Joan y Montse, los propietarios. En ese momento supimos que estaríamos en buenas manos.

El Nus de Pedra tiene una sala común pero no era suficientemente grande para los 120 invitados. Tras desestimar la opción de alquilar carpas gigantes de boda (1.200-2.000 euros), me dejé convencer por Arnau y compramos 12 carpas de fácil montaje (sólo 30 euros cada una) para resguardarnos del sol (o de la lluvia). Entre seis personas, montamos 12 carpas en una hora. El resultado quedó así de campestre y encantador:

Joan y Montse nos abrieron las puertas de su casa y nos ayudaron con el tema logístico durante los preparativos: guardar bebidas, arreglar el césped, preparar el campo, organizar el parking de coches, montar las carpas… ¡Fue fabuloso verles tan entusiasmados! – incluso nos mandaban partes meteorológicos (muy soleados) para que estuviéramos tranquilos unos días antes 🙂 Son un encanto. Gràcies Montse, Joan i família! Podéis ver más fotos de la casa en su página de facebook.

Por la gran cantidad de gente que éramos tuvimos que alquilar todo el material a Opera Lloguers: sillas, mesas, vasos, platos, cubiertos, copas, parasoles, manteles… Ese día fue como volver a estar en un campamento de verano en el que todos contribuían a poner la mesa o a tirar la basura.

DECORACIÓN Y DINÁMICAS

Una fiesta alegre necesita colores y mucho dinamismo. Banderitas, jarroncitos, flores, carteles de bienvenida, limones, lazos en las carpas… ¡Nuestra amiga Miriam lo dejó absolutamente precioso! Su gusto exquisito y su perfeccionismo consiguieron darle un toque muy cuqui a toda la boda. Miriam trabaja como gestora cultural en la Academia del Cine Catalán pero tras su «opera prima» en nuestra boda más de uno le hemos animado a que se lance al mundo de la decoración de bodas y celebraciones. ¡Mirad, mirad!

Espero que pronto Miriam se anime a abrir un blog o web en el que os cuente más detalles de estas monadas que consigue hacer con cuatro blondas de pasteles, tijeras y hojas de colores.

 

 

EL CATERING

Como los demás detalles de la boda, queríamos que el catering también fuera sencillo: una gran comida familiar, al estilo italiano, con mesas largas y manteles blancos. Nos gustaba la idea de hacer una gran «paellada popular«. En el Nus de Pedra nos pasaron el contacto de Susana y Elena, de A Casa com a casa, especialistas en paellas valencianas, y nos entendimos a la perfección.

Aperitivo casero exquisito, ensaladas, dos paellas valencianas gigantes… y todo ello «regado» con 60 litros de cerveza auto-servidas con un tirador! De hecho, toda la comida se define con la palabra «self-service». No hacen falta camareros cuando tienes amigos listos para ir a buscar más agua, vino o recoger los platos. Cada uno se levantó y sirvió a su gusto. ¡Y a pesar de estar en medio del campo, también hubo fruta cortada, pastel y hasta cafés!

Y como toda gran fiesta popular, necesitábamos vasos de plástico personalizados. Cada invitado tenía uno con una etiqueta para poner su nombre. Nuestra amiga Amber nos ayudó con el dibujo y quedaron así de divertidos! Nos pareció un buen souvenir para los invitados y una forma prática de tener vasos para toda la fiesta (y fin de semana). Nos los hizo la empresa Ekomon de Barcelona en sólo un par de semanas.

LOS ANILLOS

Como no somos fans de llevar anillos decidimos endulzar nuestras alianzas y hacerlas de caramelo. Contactamos con Daniel de Bawaca, un artesano de los caramelos capaz de hacer cosas tan preciosas como éstas (y otras impresionantes que podéis ver en su web). El mío estaba delicioso, ¡de limón! A causa del fabuloso calorcito que hizo ese día, tuvimos que comérnoslos rápido porque se nos desacían en las manos prácticamente.

 

LOS VESTIDOS

Nuestros vestidos fueron nuestro único secreto entre nosotros, aunque nos íbamos dando pistas para poder ir acorde. Teníamos claro que tenían que ser prácticos, campestres y que nos los pudiéramos poner otro día. El novio causó sensación con su sombrero y sus zapatos azules. La novia, una servidora, compró su vestido en Hoss Intropia y espera poder ponérselo otro día de verano como el que tuvimos el 1 de junio.

Para el maquillaje y peluquería, contactamos con el Centre Belle de Sant Gregori, justo al lado de la casa, para que vinieran a «transformarme» en novia por un día. El sol brilló y consiguieron sacarme una buena sonrisa pero los nervios no me los quitó nadie… 😉

 

 

PISCINA, JUEGOS Y BAILOTEO

Tras la comida, vino el «tiempo libre«, como en el colegio. El novio tuvo que lanzarse a la piscina para recoger un regalo – ¡un vuelo en helicóptero por Nueva Zelanda!, y ya de perdidos al río, la novia cambió su vestido por el bikini y se sumó a la fiesta veraniega. Creo que somos los primeros novios en cambiar el vestido por toallas.

Algo bueno de celebrarlo en el Nus de Pedra fue poder disfrutar de muchas horas de sol y de la preciosa luz del atardecer. Con la paella digerida, muchos se animaron a un baño y a unos bailes en la piscina. Cambiamos el ponche americano por el cava catalán y la «coca d’Olot». Parecía el plató de un anuncio de cervezas…

Fue un día redondo. Ni en el mejor de los pronósticos hubiéramos imaginado una fiesta tan perfecta. Así que desde aquí agradecemos a todos los que hicisteis posible que lo pasáramos TAN bien y que fuera un día tan fabuloso. Lo recordaremos siempre 😀 ¡Así da gusto casarse!

Con la organización de la boda superada, ahora ya viene el seiguiente gran reto: nuestra gran Luna de Miel por el mundo. ¡Empieza la cuenta atrás!

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