Sempre Viaggiando

Un final de etapa

Hoy ha sido un día cualquiera. Mañana empezamos el viaje de vuelta tras 4 meses fuera. Pero hoy ha sido como cualquier otro día de este viaje. Un día en el que hemos improvisado, en el que nos hemos dejado llevar y en el que todo ha salido bien. ¿Nuestro truco? No planificar demasiado y dejar guiarnos por cada momento y cada lugar. Si hace sol o si llueve. Si estamos en forma o cansados. Si nos apetece blanco o negro. Viajando así, sin expectativas ni plannings, se vive mejor. No hemos visto el mercado flotante de Bangkok (no lo vimos claro al ver los tours hiper turísticos que hay) y seguro que nos habrán quedado mil cosas por visitar, pero estamos contentos de haber visto «nuestro Bangkok».

Hoy hemos ido de compras sin comprar nada, hemos comido sushi con japos al lado, hemos visitado una exposición de fotografías de viajes hechas por la Princesa de este país (con un punto de modernidad y dictadura a la vez), nos hemos sentado a ver pasar el tráfico en hora punta, hemos saludado a los manifestantes que pasaban por nuestra calle, hemos entrado en una fábrica de diamantes en un callejón sin salida (y no hemos comprado ninguo), hemos pasado 20 minutos observando como un artista esculpía una obra de arte de hielo en la parte de atrás de un camión (y le hemos dado un sonado aplauso) y hemos visto caer el atardecer desde la terraza de un hotel céntrico. A veces no hace falta tener internet en el móvil ni seguir una guía de viaje si sabes qué te apetece hacer y encuentras la mejor forma de hacerlo. Basta con pararse a pensar, levantar la cabeza y ver que justo delante tienes un hotel con una terraza en el nivel más alto. ¿Subimos, no?

Bangkok desde la terraza del hotel Siam@Siam

Manisfestación pacífica en Bangkok

Una exposición moderna y un tanto «dictatorial»: las fotografías de los viajes de Su Majestad la Princesa de Tailandia

Un escultor de hielo

Ha sido un día cualquiera. Un día perfecto. Como lo va siendo todo este viaje en el que hemos aprendido a no planificar y a dejarnos llevar. No hemos dejado de ser turistas en ningún momento pero nos ha encantado formar parte de la vida local en todos los lugares en los que hemos estado, intentando hacer lo que los demás hacían: viendo la vida pasar. Y os aseguro que la vida pasa de formas muy distintas en cada uno de estos lugares. ¡Da como para escribir un blog entero!

No nos vamos a poner melancólicos pero es evidente que después de este gran viaje ya no somos los mismos. Viendo la vida pasar hemos tenido mucho tiempo libre para pensar. Suficiente como para saber cuáles son nuestros propósitos de año nuevo, nuestras metas laborales de los próximos meses y nuestro camino a seguir. Todos los finales de etapa conllevan cambios y éstos siempre son a mejor. Un final de viaje significa empezar a pensar en el siguiente y vamos con las pilas cargadas de ilusión y ganas.

De momento, este gran viaje termina aquí. Nuestra luna de miel se acaba pero nuestro modo de vida continúa. No negaremos que tenemos ganas de volver. Tailandia ha sido agotador en todos los sentidos. Sobre todo, culturalmente: comunicarnos, intentar vivir como ellos o integrarnos ha sido más difícil de lo que esperábamos. Y tampoco hemos sabido encontrar nuestro sitio como «guiris occidentales»; es un papel que nos viene grande. Quizás influya el hecho que llevamos ya un largo viaje detrás. Nos vamos con el apetito abierto para seguir descubriendo Asia pero a la vez un poco decepcionados por el país de la «eterna sonrisa». Nos hemos sentido como auténticos cajeros automáticos con patas y qué queréis que os diga, australianos y neozelandeses nos han parecido mucho más hospitalarios y «ready to help».

Quedan muchas historias por contar; tanto de Tailandia como de los demás lugares que hemos visitado. En Tailandia ha sido más difícil sentarse a escribir historias y ahora me han quedado muchas en el tintero virtual. Las iré publicando poco a poco, esperando no cansaros demasiado. Soy de las que abren y cierran etapas, y me aburre hablar del pasado, así que espero poder empezar a hablar pronto de planes viajeros futuros. Lo mejor para cerrar una etapa es hacer balance. Ayudadme con vuestras preguntas. ¿Queréis saber algo en concreto sobre estos 4 meses de viaje? Puede ser sobre la planificación, sobre lo vivido, sobre las dificultades; lo que queráis saber. Podéis lanzarla en los comentarios o bien enviármela por email (hola@rosergoula.com).

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