Sempre Viaggiando

Nuevas formas de viajar, ahorrando dinero y conociendo gente

Esta entrada también está disponible en: Catalán

¿Se te ha pasado alguna vez por la cabeza la idea de compartir coche con otra gente? ¿Aceptarías irte un par de semanas a la casa de una familia mientras ellos están en la tuya? ¿Acogerías a otros viajeros en tu sofá como muestra de hospitalidad? Hoy comparto algunas ideas para viajar de una forma más personalizada, local, económica y colaborativa.

A pesar de que pueda parecer una moda pasajera fruto de la crisis, nosotros hace ya un tiempo que viajamos de casa en casa, intentando mezclarnos con la gente del destino que visitamos. Siempre nos ha atraído la idea de oír de primera mano la historia y cultura de un país y conocer a otros viajeros de todo el mundo. Nos gustan los viajes colaborativos, que unen a extranjeros con locales y que apuestan por un turismo más sostenible y personalizado. Para mí, es una de las maneras más tolerantes y abiertas que hay de descubrir este mundo.

Si estas ideas te atraen, sigue leyendo; lo que viene a continuación te gustará. Pero ojo, que son prácticas viajeras que enganchan!

1. Intercambiar tu casa con otros viajeros

El intercambio de casas se basa en una idea sencilla: yo estoy en tu casa mientras tu estás en la mía. En agosto 2011 hicimos nuestro primer intercambio de casa y desde entonces no hemos parado. Esa primera aventura nos llevó al Lago di Garda, al norte de Italia. Los Bozzoni vivieron en nuestro apartamento durante 15 días y disfrutaron del verano en Barcelona. Nosotros estuvimos más que encantados de poder salir de la ciudad y alojarnos en su encantadora casita con jardín y piscina comunitaria. Cocinamos pasta, aprendimos las bases del dolce far niente y salimos a descubrir el norte de Italia con nuestro propio coche. Fuimos con mis padres y ellos quedaron alucinados de lo barato que podía resultar viajar de este modo y de la cordialidad y respeto entre viajeros. No habían hecho nada parecido hasta entonces, pero ya me están preguntando cuándo iremos a La Toscana haciendo un nuevo intercambio de casa.

Intercambiamos nuestro piso de Barcelona por una casa familiar en el Lago di Garda durante 15 días

Nos apuntamos a HomeExchange.com
por una cuestión económica (el ahorro es un punto importante) y nos convencimos por la comodidad
y personalización de nuestros viajes. Pero sobre todo, el intercambio de casas encajó con nosotros por permitirnos vivir un destino a nuestro ritmo y mezclados con la gente local.

Tras la experiencia en Italia, siguieron intercambios en un fabuloso dúplex de Aviñón para fin de año, una casa en Maribor (Eslovenia) este verano y un apartamento con mucho encanto en Haro (La Rioja) hace apenas unas semanas. Ahora ya soñamos con intercambios más largos; sabiendo que podemos tele-trabajar desde cualquier lugar del mundo, es fácil imaginarnos una temporada en Australia, en la Polinesia Francesa o en Sudamérica.

Más info: HomeExchange.com | Ideal para familias con niños, freelances que tele-trabajen, jubilados o viajeros que quieran vivir el destino de una forma más local.

Este jardín fue nuestro oasis, este verano en Eslovenia

2. Compartir Coche con viajeros de tu misma ruta

Para los que no tenemos coche propio a veces resulta de lo más complicado moverse a un determinado lugar. En primavera 2005, cuando estaba de Erasmus en Lübeck (Alemania), fui un fin de semana a casa de una amiga que vivía en Greifswald. En transporte público, la única opción era coger 3 trenes. Por eso, decidí lanzarme a hacer el primer viaje en coche compartido con una web alemana muy conocida: Mitfahrzentralle. Lo recuerdo como una aventura divertida, agradable y cómoda. Compartí el viaje con otras 4 personas y llegué a Greifswald en apenas dos horas.

Hace unos meses, tuve una gran sorpresa cuando oí hablar de BlaBlaCar.es, una web que ha conseguido instaurar esa misma idea en España. Ilusionados por volver a vivir una experiencia de viaje colaborativo y compartir coche en España, decidimos probar BlaBlaCar en nuestro viaje a La Rioja de hace unas semanas. La idea es también sencilla: un conductor publica su ruta en la página y los pasajeros pueden unirse si ven que va a pasar por las ciudades que les convienen. En nuestro caso, nos llevó Oskar, un padre de familia de Bilbao, que trabaja entre semana en Figueres. Por eso, cada viernes va de Figueres a Bilbao y cada domingo, de Bilbao a Figueres. Nos recogió en Barcelona y nos dejó en Labastida y Haro; mejor que el tren! Contamos los kilómetros de viaje, la gasolina y los peajes y los dividimos entre los 5 pasajeros que estábamos en el coche. Salió a 17€ por persona y tuvimos un muy agradable viaje de 4h y media hablando de viajes, anécdotas y paisajes. Con nosotros, iban dos chicos más: uno bajó en Zaragoza y el otro, en Logroño. Al preguntarle a Oskar si no le molestaba tener que ir parando en cada ciudad para recoger o dejar a los pasajeros, me respondió que no le suponía ningún esfuerzo; al contrario, estaba encantado de tener compañía durante sus 8 horas de viaje y de conocer a gente tan diversa. Además, obviamente, al compartir gastos, el viaje sale muy rentable para todos.

Compartir coche no es lo mismo que ir en taxi ni hacer auto-stop

Me sorprende que para registrarse en BlaBlaCar no es necesario pagar ninguna cuota. El dinero va directamente al conductor y se le paga al acabar el trayecto. Me pregunto qué gana BlaBlaCar, pero está claro que es un sistema que cada vez tiene más adeptos. Incluso, para las más preocupadas, hay una opción de compartir coche para «sólo chicas».

Más info: BlaBlaCar.es | Ideal para estudiantes que vuelven a su casa el fin de semana, profesores que dan clase en otras ciudades de la provincia o viajeros aventureros.

3. Alojar a otros viajeros que visitan tu ciudad

En 2007, tras medio año viviendo en París, nos dimos de alta en una web social que ofrecía alojamiento y hospitalidad a viajeros: Hospitality Club. Si no estoy equivocada, esa fue la precursora (sobre todo en Europa) de la famosa Couch Surfing, a la que nos dimos de alta unos años más tarde, en 2009, para poder tener más opciones para nuestro roadtrip por Estados Unidos. Hospitality Club se sustentaba por voluntarios y, como suele ser habitual en estas cosas, fue apagándose poco a poco. Desde entonces, Couch Surfing se ha hecho mundialmente conocida por ofrecer un sofá en el que dormir a viajeros de todo el mundo.

Cena típica catalana en casa de Jess y Jarrod, en Denver

Durante cinco años estuvimos alojando a gente muy diversa y, a la vez, viajando por todo el mundo de forma gratuita con este sistema (podéis ver este post que escribí en 2010). Nos ahorrábamos dinero en alojamiento pero, sobre todo, nos gustaba conocer a gente de todas partes. Elegíamos muy bien quién venía a nuestra casa y hubo una temporada que no dábamos abasto: ¡teníamos a alguien en casa cada mes! Les enseñábamos Barcelona con nuestros propios ojos, les llevábamos a probar tapas, les enseñábamos a cocinar tortilla de patatas en casa y teníamos agradables charlas sobre las distintas culturas de este mundo. Para nosotros, era una forma de romper con la rutina y «viajar» sin movernos de Barcelona. Cuando éramos nosotros quienes viajábamos, todos nos recibían con los brazos abiertos y, en cuestión de horas, parecía que les conociéramos de toda la vida. Llegamos a hacer muy buenas migas con algunos de ellos, e incluso hoy día seguimos en contacto. Al contrario de lo que piensa mucha gente, couchsurfing no es recíproco; es decir, no tengo porqué ir a la casa de la persona que alojo.

En los últimos años, el trabajo nos ha absorbido y apenas tenemos tiempo para disfrutar de nuestro tiempo libre. Por eso, pusimos en «pausa» nuestra cuenta de couchsurfers (si lo hacemos, lo hacemos bien; no se vale dejar un espacio para dormir y basta). Quizás también nos hemos hecho mayores y ahora hacemos viajes más largos, por lo que el intercambio de casas se adapta mejor a nuestras necesidades actuales.

Más info: Couchsurfing.org | Ideal para conocer a gente de todo el mundo y viajar de una forma más local, conociendo más a fondo la cultura y gente de un lugar; no por lo que cuentan las guías de viaje, sino por lo que te cuenta su propia gente.

Cena típica holandesa en nuestra casa, en Barcelona, con Amber y Bastos, de Amsterdam.

Aunque son cosas completamente distintas, estas tres iniciativas tienen mucho en común: son actividades sin ánimo de lucro por parte de los viajeros, permiten ahorrar mucho cuando viajas, ponen en contacto gente que tiene un mismo fin y promocionan un tipo de viajes colaborativos y sociales. Funcionan bien porque los usuarios que estamos dentro confíamos en valores como el respeto, la tolerancia y la colaboración entre viajeros. A veces, el planeta da señales que hay cosas que siguen por buen camino.

Últimamente, he oído hablar de NewGusto, que te permite ir a comer a casa de gente local cuando estás viajando. Por ahora no lo he probado pero la idea de comer una pizza casera en casa de unos italianos me atrae moltíssimo. ¿Conocéis otras iniciativas similares? ¿Habéis probado alguna de ellas?


Muchos me preguntáis al leer estos posts sobre mis viajes haciendo intercambio de casas… «¿Pero tú con qué página web haces los intercambios?» Pues con IntercambioCasas.com! Apuntada desde 2012 y con una satisfacción total, ahora tengo el placer de forma parte del equipo también, así que os garantizo (desde dentro y desde fuera) que es una empresa 100% segura. Gracias de antemano y felices intercambios! 😉 Apúntate a HomeExchange.com


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